Hay nuevas maneras de ignorar, pero la historia nos ha enseñado que se han perdido la luchas de nuestros abuelos por la conformidad de nuestros padres. Ahora ustedes, el futuro, deberán recobrar los derechos arrancados por el silencio. El único milagro son los jóvenes que no se conforman con el futuro miserable que les propone una sociedad injusta.
En memoria de los mártires de Chicago y de todos aquellos que pormantener la esperanza han sido víctimas de detenciones, exilo o muerte. Hagamos el milagro por mantener la inconformidad con la injusticia y por procurarnos un mejor futuro.
Es muy fácil perder lo que no se ha luchado y buscar beneficios individuales entregando conquistas generales. La lucha por un trabajo justo sigue vigente.
“Son las luchas sindicales las que han logrado las mejoras en las condiciones laborales”
La Comuna de París
Fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871, instaurando un proyecto político popular autogestionario que para algunos autores se asemejó al anarquismo o al comunismo.
Tras la derrota y derrumbe del gobierno imperial de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1), París fue sometida a un sitio de más de cuatro meses (19 de septiembre de 1870-28 de enero de 1871), que culminó con la entrada triunfal de los prusianos —que se retiraron de inmediato— y la proclamación imperial de Guillermo I de Alemania en el Palacio de Versalles.
La Comuna (el término commune designaba y aún designa al ayuntamiento) gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, la llamada Semana Sangrienta (Semaine sanglante) del 21 al 28 de mayo. El balance final fue de unos 30.000 muertos, y París estuvo sometida a la ley marcial durante cinco años.
Ya que los sucesos de la Comuna de París tuvieron lugar antes del cisma entre anarquistas y marxistas, ambos movimientos políticos la consideran como propia y la celebran como la primera toma de poder de las clases proletarias en la historia de la Europa occidental. Marx la describió como el primer ejemplo concreto de una dictadura del proletariado en que el Estado es abolido, a lo que Bakunin respondió que al no depender de una vanguardia organizada y al no haber arrabatado el poder al Estado francés o intentado crear un estado revolucionario, la comuna parisina era anarquista.
Martires de Chicago: Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo. Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista. Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista. August Vincent Theodore Spies, alemán, 31 años, periodista. Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.
Prisión: Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua. Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados. Michael Schwab, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua.
El Himno de la Internacional Comunista
Eugène Pottier (1816-1887) compuso la letra, fue empacador, dependiente de una papelería y diseñador de tejidos, pero sobre todo fue un revolucionario consecuente, participó en la revolución francesa de 1848 y en 1871 fue elegido prácticamente por unanimidad para formar parte del consejo de la Comuna de París. Siempre vivió pobre, como viven los explotados, y estas condiciones en las que vivía junto con su ardiente y comprometida personalidad y su talento innato para la poesía se reflejaron felizmente en 1871, durante el gobierno de la Comuna de París.
Pierre Degeytier (1848-1932) quien fuera tornero belga, en 1888 musicalizó la letra del poema de Pottier por encargo de Delory, alcalde de Lille y miembro de la Lira de los Trabajadores.
Desde que fue cantada por primera vez en 1888, en una reunión de la Junta Sindical de vendedores de periódicos, jamás abandonó el terreno del movimiento de los trabajadores. En 1892 fue adoptada como himno por la Segunda Internacional. En 1919, nuevamente es elegido como himno en la Tercera Internacional y fue el de la URSS hasta 1944.
Al paso del tiempo, La Internacional se consagró como el himno de la clase trabajadora en todo el mundo, en cuyo proceso se tradujo a un gran número de idiomas, de manera que al día de hoy, lo está en casi todos. La enorme energía que emana de este himno por sí solo y sobre todo, al ser entonado por los trabajadores en sus luchas nos debe contagiar a todos los que estamos concientes de la tarea histórica de nuestra clase.
La Internacional
Arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan,
gritemos ya todos unidos: ¡Viva la Internacional!
Removamos todas las trabas que oprimen al proletariado,
cambiemos al mundo de faz hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos por la Internacional.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos con valor por la Internacional.
No más salvadores supremos, ni césar, ni burgués, ni dios,
que nosotros mismos haremos nuestra propia redención.
¿Dónde tienen los proletarios el disfrute de su bien?
Debemos de ser los obreros los que guiemos el tren.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos por la Internacional.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos con valor por la Internacional.
El día que el triunfo alcancemos ni esclavos ni dueños habrá,
los odios que al mundo envenenan al punto se extinguirán.
El hombre del hombre es hermano, cese la desigualdad,
la Tierra será el paraíso, patria de la humanidad.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos por la Internacional.
Agrupémonos todos en la lucha final,
y se alcen los pueblos con valor por la Internacional.
El silencio no es una alternativa
Viva el primero de mayo.
Tomado de http://www.militante.org/el-himno-de-la-internacional-comunista