La Plata, Argentina
27 de abril, 2019
Los sindicatos de educación afiliados a la Internacional de la Educación América, reunidos en la ciudad de La Plata, Argentina, renovamos
nuestra vocación de lucha en defensa de una educación pública laica, gratuita y de calidad, con plena garantía de los derechos humanos y
derechos laborales. También reafirmamos la urgencia de defender la democracia, frente al impulso de sectores conservadores y neoliberales
que promueven liderazgos autoritarios para imponer sus agendas privatizadoras y de mercantilización de la educación. Hacemos un llamado a la unidad para resistir a quienes se proponen despojar de derechos a las trabajadoras y trabajadores de la educación, debilitar la
democracia y expoliar los recursos de los pueblos de nuestra América Latina.
1. Los sindicatos afiliados a la Internacional de la Educación en América Latina, defendemos el derecho de nuestros pueblos a vivir en
democracia, con libertad y con autodeterminación. Luchamos por una educación pública, gratuita y de calidad como derecho social.
2. La coyuntura regional evidencia un retorno del conservadurismo neoliberal que casi fue erradicado por nuestros pueblos en la primera
década de este siglo. En esta nueva oleada de gobiernos neoliberales, se profundiza el desmantelamiento del Estado, mediante el vaciamiento de la política pública, la desarticulación de las industrias nacionales, la aniquilación de los derechos laborales y sindicales, la implantación de
enfoques empresariales en las formas de gestión de lo público y la persecución contra las organizaciones sindicales y sociales.
3. Esta dinámica que impregna la política educativa, responde a un
enfoque mundial que es orquestado desde distintas estructuras que se presentan como entidades técnicas, pero cuyas acciones son
profundamente políticas e ideológicas y están enfocadas en implantar modelos educativos estandarizados y minimalistas.
4. Hablamos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), quienes pretenden convencer a los países del sur que debemos limitarnos a enseñar lengua y matemática para erradicar la
pobreza. Estas instituciones señalan que las hijas e hijos de los trabajadores deben ir a una escuela que les enseñe a trabajar, con
currículos basados en lo que pseudo expertos en educación llaman habilidades y competencias para el mercado laboral.
5. Estas banderas de los currículos mínimos y las recetas estandarizadas para los países del Sur, también son enarboladas por las
burocracias del sistema de Naciones Unidas, como la UNESCO y la UNICEF, mediante la Agenda 2030; además de las burocracias de la
cooperación internacional como USAID (la cooperación estadounidense) y UKAID (la cooperación del Reno Unido).
6. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, al igual que lo hicieran las metas de Desarrollo del Milenio 2015, abren el
portillo para que los organismos financieros y el sector privado empresarial actúen como un gobierno global y definan los estándares a
los que tienen que apuntar nuestras políticas públicas. La Agenda 2030 indica una hoja de ruta a nuestros gobiernos y deja muy claro cuál
modelo de desarrollo tendrá dinero y cooperación y cuáles modelos de desarrollo no van a ser apoyados o incluso van a ser descalificados.
7. La actuación de la cooperación al desarrollo no es gratuita. Además de traer una agenda política e ideológica sobre los modelos de
educación, abre el camino para que los grupos empresariales de sus países puedan hacer negocios aquí en el Sur. No pocas veces, vemos a
nuestros Ministerios de Educación dejarse encandilar con expertos extranjeros que vienen a vender una solución en evaluación, en
plataformas digitales, en diseño de currículo, etc. Estos actores están totalmente alineados alrededor de un modelo único de educación, que
responde a una mirada única del desarrollo que a su vez tiene un sistema de indicadores únicos para medir el éxito o no de estos modelos.
8. Los neo conservadores neoliberales con sus amigos de la OCDE, del Banco Mundial, del BID y de las Naciones Unidas, esperan que las y los docentes garanticemos a las empresas mano de obra capaz de resolver operaciones matemáticas y leer algunas instrucciones, pero
rechazan que nuestros estudiantes estén expuestos al pensamiento crítico, a la historia de nuestra región, a la literatura, a las artes, a las
ciencias y tecnologías en función de una industria soberana.
9. Las herramientas de evaluación docente y de evaluación a estudiantes, miden si le servimos al modelo, si producimos -en masaestudiantes
con algunas nociones básicas de matemática y de lengua. La herramienta Teach, el nuevo experimento del Banco Mundial, es una
guía de observación que se implementa durante dos momentos de 15 minutos, en las aulas de primaria. Con 30 minutos de observación, el
Banco Mundial pretende decir cómo arreglar el universo de un aula. Cada vez que el Banco Mundial, la OCDE o el BID pretendan dar
lecciones sobre pedagogía y procesos de enseñanza, recordemos que son burocracias financieras.
10. Vemos como los tecnócratas de la OCDE, de las IFI´s, de las Naciones Unidas, las cofradías de la cooperación al desarrollo y nuestros
propios gobiernos utilizan los sistemas educativos como laboratorios de experimentación. Son tecnócratas que nunca han estado en el aula,
nunca han trabajado en una comunidad, nunca se han sentado con estudiantes a escucharlos y a buscar juntos respuestas en sus propias
vivencias, en sus propios saberes, como nos lo enseñó Paulo Freire. Aún así, se aventuran a improvisar modelos curriculares y afirman que las y los docentes salimos muy caros a la región y somos culpables de que nuestros estudiantes no salgan de la pobreza.
11. El desmantelamiento del Estado y la búsqueda de oportunidades de negocio, trae a su vez un mecanismo de co-gobierno con el sector
empresarial, mediante el modelo de alianza público-privada, que promueve la participación del sector empresarial en el diseño de las
políticas públicas y el lucro privado con fondos públicos. En casi toda la región, los Ministerios de Educación han naturalizado las alianzas
público- privadas y las presentan como una forma de subsanar la acción del Estado y como la vía para lograr la supuesta calidad, la cobertura y para traer la famosa “innovación” a las aulas.
12. Así, las autoridades educativas se convierten muchas veces en las mejores aliadas de los sectores privados, facilitando y promoviendo
el comercio educativo desde los propios ministerios. Este comercio se expresa tanto en la compra de servicios a grupos privados con fondos
públicos, como en la consignación de los diseños curriculares y de procesos de evaluación, así como en la participación del sector
empresarial en los niveles de toma de decisión, entre otros.
13. A la vez, los gobiernos avanzan en el endeudamiento para sostener las políticas educativas y reformas diseñadas por las Instituciones Financieras Internacionales, la promoción de evaluaciones estandarizadas y la desregulación del trabajo en el sector educativo.
14. Este modelo incentiva la actuación de los centros educativos como entes aislados y no como parte de un sistema educativo. En
muchos países vemos a los centros educativos compitiendo entre sí por los recursos disponibles, por aumentar la matrícula para recibir más
fondos, por lograr el acceso a material tecnológico, e incluso, por convertirse en parte de los experimentos de las alianzas público privadas o de los proyectos que traen las IFI´s, etc. Esta dinámica de competencia y de rivalización entre instituciones educativas es el más
claro ejemplo de cómo estamos gobernados por políticas educativas vaciadas de sentido pedagógico y llenas de sentido empresarial y economicista.
15. En ese sentido, el interés aparente del sector privado y de las autoridades es sostener el financiamiento público para beneficiar los
negocios de grupos privados. La educación es pública porque se financia con recursos fiscales pero de manera creciente es diseñada,
administrada, gestionada y evaluada por grupos privados. El negocio está en que el Estado financie el modelo con fondos públicos, pero que
la definición del modelo tenga carácter privado.
16. Consecuentemente, esta visión privatizadora busca que las y los trabajadores de la educación no participemos de las decisiones sobre
política educativa; además que perdamos estabilidad laboral y espacios colectivos para construir pensamiento crítico con las comunidades
educativas y, sobre todo, que tengamos menos peso en la construcción del modelo pedagógico que según la concepción dominante debe
responder a las demandas de la sociedad civil, entendiéndose por tal al sector empresario y la trama de fundaciones y ONGs que este financia. La visión privatizadora quiere despojar a la educación pública de su carácter transformador y nos exige a las y los docentes, trabajar en función de ese currículo mínimo y paupérrimo.
17. Los organismos que creen posible desmantelar nuestros sistemas educativos sin que las y los docentes luchemos por defenderlos, se equivocan. Los sectores que pretenden arrebatarnos los derechos que hemos construido y que nos van desaparecer como organizaciones, se equivocan.
18. Esos sectores empresariales que piensan que las y los estudiantes van a aceptar sumisos ese modelo mercantilista que los quiere convertir en objetos de comercio, que los quiere condenar a experimentos de vivencias educativas mínimas y paupérrimas, también se equivocan.
19. Los sindicatos estamos llamados a idear propuestas para organizar, representar y movilizar a todas las trabajadoras y trabajadores de la educación empleados bajo modelos privatizados y desregulados: una fuerza laboral que crece en nuestra región.
20. Rumbo al Centenario de Paulo Freire cuyas enseñanzas siguen impregnando nuestras acciones, el Movimiento Pedagógico
Latinoamericano, la IEAL y las organizaciones nacionales que la integran somos la expresión de la voluntad colectiva de defender la educación como un derecho social y un instrumento gravitante para la emancipación de nuestros pueblos.